lunes, 9 de febrero de 2015

La Oración - Parte 3

Seguimos con las características de la oración:


e) Al orar debemos perdonar. [1]

Perdona el mal que hacemos,
así como nosotros perdonamos
a los que nos hacen mal.
Mateo 6:12 TLA

Si queremos que Dios perdone nuestros pecados(nuestras ofensas a Él, todo aquello que nos separa de Dios), debemos perdonar a los que nos han hecho daño, bien sea físico o psicológico(esto es, emocional). Esta es una condición que nos puso Jesús para que fuéramos perdonados.

Vamos a ver una definición del perdón según The Free Dictionary by Farlex(está en Internet):

1. Olvidar  una  persona  la  falta que  ha cometido  otra  persona contra ella o contra otros  y  no guardarle rencor ni querer castigarle por ella, o no tener en cuenta una persona una deuda o  una obligación que otra tiene con ella:  no le ha perdonado lo que hizo.

2. Librar  a  una  persona  de  una  deuda, un  castigo  o  una  obligación: le  han  perdonado las clases que debía dar.


Estas dos definiciones nos caen como anillo al dedo.  Perdonar es lo que nos describen esas dos definiciones. Si tú perdonas, Dios te perdona. Si no perdonas, Dios no te perdona. Así de sencillo.

Aunque el perdón es un tema complejo y no profundizaremos en él en este aparte, lo que te puedo recomendar es que PERDONES, porque si no lo haces, te produces daño a ti mismo. El hecho de perdonar trae como consecuencia que tu corazón esté libre de rencor, odio, amargura y tristeza . Perdonar lo debes hacer más que todo por ti porque de esa manera mantendrás sano tu corazón y estarás libre de todo mal sentimiento o idea. El perdón te libera de la persona que te hizo daño, es decir, permite que sigas tu vida sin tener presente a esa persona que te hizo daño. El rencor por el contrario te ata más a esa persona porque la tendrás presente en tu mente y en tu corazón a causa del rencor que sientas contra ella. En todo caso, perdonar te hace bien hasta para tu salud.

Recuerda que Dios te perdonó a ti a través de su Hijo Jesucristo, de modo que, si Él te perdonó, ¿no habrías tú de perdonar a otros? Toma la decisión de perdonar. Esto no llegará como un sentimiento sino que es una decisión que tomas. Perdonar es una decisión.

Así como Dios nos perdonó, debemos perdonar a otros. Cuando Dios nos perdona olvida las ofensas que hicimos contra Él, no nos echa más en cara lo malo que hayamos hecho y se restaura la relación con Él, de modo que podemos seguir con Él sin ningún problema. Es como "Borrón y cuenta nueva". Lógicamente no hay que volver a caer en el mismo pecado, hay que cambiar de actitud y no volverlo a hacer.

Aprovecho para pedirles perdón si en algo los he ofendido y también para recordarles que si cometemos pecado, debemos sentir tristeza por haberlo cometido,confesar el pecado a Dios y no volver a recaer en dicho pecado. Aprópiate de esta promesa:

"Si confesamos nuestros pecados, Dios, que es fiel y justo, nos los perdonará y nos limpiará de toda maldad." (1 Juan 1:9 NVI)

 
Fuente: http://ubdavid.org/espanol/vida-practica/vida-practica_18.html                  


f) La oración trae protección. [2]


Y cuando vengan las pruebas,

no permitas que ellas nos aparten de ti,

y líbranos del poder del diablo.

Mateo 6:13 TLA



Para entender más a fondo este versículo, utilizaremos una traducción más de la Biblia:

Y no nos dejes caer en tentación,

    sino líbranos del maligno.
Mateo 6:13 NVI


Cuando oramos a Dios podemos pedirle específicamente que no nos permita caer en tentaciones que nos pueden salir al paso, por ejemplo: robar, hacer malos negocios, hablar mal de alguien, querer vengarnos,etc. Todos afrontamos tentaciones, pero, fiel es Dios que no permitirá que seamos tentados más allá de lo que podemos resistir ya que Él nos dará la salida para escapar de caer en la tentación. Igualmente podemos pedirle a Dios que nos proteja a nosotros y a nuestras familias de todo accidente, enfermedad, robo o cosa y/o situación perjudicial.

También hay un elemento que debemos tomar en cuenta: el diablo existe. Si no crees en el diablo, es mejor que cambies tu creencia. ¿Por qué? Sencillo: Dios creó a Lucifer, quien hoy en día es Satanás.

La historia resumida es la siguiente: cuando Dios estaba creando todo lo existente, creó a Lucifer, o Lucero, quien era un precioso ángel. Sin embargo, a causa de su hermosura y perfección, Lucifer se llenó de orgullo y quiso ser como Dios, de modo que se rebeló contra Él y se llevo consigo a la tercera parte de los ángeles del cielo en esta rebelión contra Dios. Por supuesto, Dios no fue vencido(como es obvio) y expulsó del cielo a este ángel y a sus compañeros rebeldes. Después de esa expulsión del cielo, Lucifer se transformó en quien hoy conocemos como Satanás o el diablo y esos ángeles rebeldes se convirtieron en demonios, formando todo un reino cuyo Principal o rey es el diablo. Todo lo anterior está descrito en la Biblia, que como lo dijimos, es Palabra de Dios.

Jesús habló del diablo, los apóstoles hablaron del diablo, el profeta Isaías habló del diablo, lo mismo que en la historia del Rey David se narra como Satanás lo incitó a pecar contra Dios y, el profeta Daniel por su parte, narra cómo un ángel enviado por Dios no pudo entregarle a él un mensaje temporalmente porque un grupo de demonios se le opuso en el camino durante 40 días.


De acuerdo a lo anterior y a los versículos que estamos estudiando, podemos ver:

1. El diablo existe.
2. El diablo tiene poder.

3. Satanás puede afectarnos, hacernos daño.



Lógicamente Dios es más fuerte que el diablo. Dios es todopoderoso(tiene todo el poder, de hecho, su poder es ilimitado) mientras que el diablo es una criatura con limitaciones(su poder tiene límite). 

Por lo anterior, debemos pedirle a Dios que nos proteja de Satanás y sus emisarios. El diablo es nuestro enemigo y quiere hacernos daño. Él y sus secuaces  tratarán de hacernos daño de muchas formas y en  distintas áreas de nuestras vida, pero, si oramos, Dios siempre nos protegerá. Si Satanás nos tienta(pues es una de sus actividades), Dios es capaz de darnos la fuerza para huir y no caer en la tentación.

Satanás no es un juego. Él es real. No debes tenerle miedo, pero tampoco pienses que es un muñeco de peluche. Dios está contigo, así que no temas. Se obediente a Dios, resiste las asechanzas del diablo y él huirá de ti. Eso es lo que la Biblia dice que se debe hacer.


Fuente: https://cronicadeunatraicion.wordpress.com/2012/11/14/119-desilusion-mortal/ 

Teniendo claras estas características de la oración, podríamos preguntarnos cómo orar o qué nos serviría de guía para orar. Pues bien, la guía por excelencia para orar es la Biblia. Así es: la Biblia por ser Palabra de Dios nos permite ver el pensamiento de Dios y también conocer lo que Él desea. De ese modo, al conocer el pensamiento de Dios, podremos pedir de la manera correcta, de la manera que a Él le gusta. Lo que a Dios le gusta es todo lo verdadero, todo lo que merece respeto, todo lo que es justo y bueno, todo lo que se reconoce como virtud, todo lo que es agradable y merece ser alabado (Filipenses 4:8 TLA).

En la Biblia puedes encontrar promesas, mandamientos, enseñanzas y condiciones. Pues precisamente esos contenidos son los que debemos orar. [3]  Vamos a ver unos ejemplos:

"Así que mi Dios les proveerá de todo lo que necesiten, conforme a las gloriosas riquezas que tiene en Cristo Jesús."
Filipenses 4:19 NVI

El anterior verso es una promesa.  Ahora veremos un mandamiento:

"Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con todas tus fuerzas." 
Deuteronomio 6:5 NVI

La siguiente es una condición:

"Si realmente escuchas al Señor tu Dios, y cumples fielmente todos estos mandamientos que hoy te ordeno, el Señor tu Dios te pondrá por encima de todas las naciones de la tierra. Si obedeces al Señor tu Dios, todas estas bendiciones vendrán sobre ti y te acompañarán siempre:..."

Deuteronomio 28:1-2 NVI

Y finalmente, una enseñanza:

"Jesús lloró."
               Juan 11:35                                                                             

Del anterior versículo concluimos que Jesús tiene sentimientos(puede sentir tristeza, alegrarse, enfurecerse), que demuestra dichos sentimientos y según el contexto del versículo, no se puede establecer por qué lloró Jesús. Solo sabemos que lloró. 

Aplicando esto a nuestras vidas, especialmente los hombres, podemos encontrar que un verdadero hombre no se avergüenza de sus sentimientos, que no los oculta y que un hombre también llora. Igualmente nos permite ver que Jesús y, también Dios, no son como los muestran en las mayorías de películas  o como los imaginamos: serios, meditabundos, como levitando, sin sonreír, abstraídos o alejados del mundo o de las personas, sin capacidad de sentir el dolor ajeno o si lo sienten no lo demuestran, entre otras tantas características no correctas.  

Este verso nos permite comprender que tenemos un Dios que se alegra, que puede llorar, que puede reír, que puede compartir el dolor que sentimos y si lees toda la historia que rodea ese versículo podrás ver que Dios hace milagros mas allá de lo que podemos imaginar o pedir. 

Para tomar un ejemplo sobre cómo orar la Biblia, podemos tomar Deuteronomio 28:1-2, de tal modo, que la persona que lo lea, puede orarlo así:

"Padre, en el nombre de Jesús te pido que me concedas y me ayudes a  escucharte realmente y a cumplir fielmente todos tus mandamientos. Dios mío, que te obedezca. Gracias, Señor. Amén."

¿Ves? Es fácil.Solamente ora cada vez que encuentres esos fabulosos contenidos de la Palabra de Dios ya que son bendiciones de las cuales puedes apropiarte y que lógicamente conlleva a que se vuelvan realidad en tu vida. Entonces, la Biblia, que es Palabra de Dios, es para orarla. Te recomiendo que empieces leyendo el Evangelio de Juan. Es muy bonito. Ningún escrito que hable sobre la vida de Jesús supera al Evangelio de Juan [4], además que nos muestra la faceta humana de Jesús de una manera más profunda y cercana a nosotros.

La oración es el arma más poderosa que tiene el cristiano. Sin oración, no hay cristianismo. Por eso: ¡Ora! No es necesario saber palabras refinadas o tener un conocimiento muy profundo de Dios. Solamente dile a Dios lo que está en tu corazón. Dile lo que piensas. Se sincero. Dios no mira lo externo, sino lo interno, o sea, tu corazón.[5]

Cuando tengas problemas, acuérdate de Dios. No tengas a Dios por ultima opción sino por primera opción. Nuestra primera opción siempre debe ser Dios. [6] Puedes tener muchos problemas pero definitivamente el que te ayuda a salir de todos ellos es Dios. Por eso, acude a Él primero en todo momento. Además, eso demuestra dependencia de Dios, y Él quiere ayudarte. Sólo escucha Su voz y haz lo que Él te aconseje u ordene. Dios puede hablar por varios medios pero especialmente a través de la Biblia.

Voy a contarles un testimonio del poder de Dios y de la protección a través de la oración: 

Hace algunos años fui a hacer una diligencia al norte de la ciudad. Cuando regresaba a mi casa tome un atajo por el parque del barrio pues el parque estaba detrás de mi casa. Sucedió que en ese parque estaba acostado y durmiendo un indigente y junto con él estaba un perro de esos de la calle, los cuales son peligrosos y bravos. Pues bien, cuando pasé por el parque, el perro(una mezcla como de Pit Bull con perro criollo) se fue corriendo hacia donde yo estaba con la intención de morderme. Yo me quedé quieto. Lo único que hice fue orar. Nadie me ayudó. Solo estábamos Dios y yo. ¿Qué hice? ¿Le pedí ayuda a alguien siendo que no había quien me ayudara? Pues no. Lo único que pude hacer fue orar, pedirle a Dios que me ayudara y quedarme quieto. 

Oré durante 5 minutos. Esos 5 minutos no se me van a olvidar porque ese perro era una amenaza. No exagero. ¿Que habría pasado si me hubiera mordido? Esos perros son enfermos y rabiosos. ¿Quién sabe qué hubiera pasado si me muerde? Pues bien: después de estar 5 minutos en una oración que fue muy guerrera, el perro desistió. Casi todo el tiempo tuvo su cabeza agachada(como si algo lo detuviera y le impidiera morderme, o quizás, lo avergonzara), pero finalmente, con su cabeza agachada, se fue. Apenas se fue, yo empecé a correr. 

Pero no termina ahí, pues el milagro también consistió en que el perro no salió a correr para morderme apenas yo emprendí mi huida. Simplemente se fue, no volvió más, y si no estoy mal, nunca más lo volví a ver.

Esas son batallas que libras en oración y que nunca se te olvidan. Quedan en el recuerdo y para la gloria de Dios. ¡Así que ora! ¡Lee la Biblia!




Por todo lo anterior y para terminar este apartado, la invitación final es a que lleves una vida de oración pues Dios está deseoso de escucharte y de hablar contigo. Dios es tu padre, Él te ama y quiere hablar contigo. No desaproveches la oportunidad de hablar con Dios. Y recuerda: Orar no es una obligación, es una necesidad.

Si tienes alguna duda o pregunta, puedes dejarla consignada en el espacio inferior de comentarios. Gracias.

[1] Casa Sobre la Roca. (2000). Vida NuevaEditorial Buena Semilla. Pág 38.
[2] Casa Sobre la Roca. (2000). Vida NuevaEditorial Buena Semilla. Pág 38.
[3] Casa Sobre la Roca. (2000). Vida NuevaEditorial Buena Semilla. Pág 38.
[4] Hoover,J., Wilkinson,B., Kirk, P. (1994). Tu Andar DiarioEditorial Unilit. Pág 353.
[5] Casa Sobre la Roca. (2000). Vida NuevaEditorial Buena Semilla. Pág 38.
[6] Casa Sobre la Roca. (2000). Vida NuevaEditorial Buena Semilla. Pág 38.

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